martes, 16 de agosto de 2016
Hades
Es el
dios del mundo de los muertos, denominado adecuadamente "morada de
Hades". Es sombrío en su carácter y en sus funciones,
severamente justo e inexorable en sus designios; su reino subterráneo es un
lugar de tormento para los malvados, pero él no es enemigo de la humanidad, no
se complace en la maldad, y puede premiar a los buenos de la misma manera que
puede castigar a los malos. Es un dios terrible, pero no es un dios maligno. Al
mismo Hades se le dan varios nombres que evitan referirse directamente a la muerte,
tales como Poligdemon (Hospitalario), Eubeo (El de Prudente Consejo) o Edoneo
(El Benefactor). Hades no participaba en
las guerras y conflictos de
los hombres, y no tiene ninguna relación con ellos, al contrario que la mayoría
de los dioses, pues él reina sobre los muertos y nunca abandona su palacio de
tinieblas. Es poco adorado, sus representaciones en el arte son escasas;
cuando aparece, su forma y rasgos difieren de los de Zeus, excepto en la
expresión, que siempre aparece sombría o amenazante. Pertenece a la primera
generación y su esposa es Perséfone (a quien había raptado del mundo superior).
No son muchos los héroes que se atrevieron a llegar en vida al mundo de los
muertos, y quienes lo hicieron fue por un mandato o una disposición especial.
Así le sucedió al mítico cantor Orfeo, que fue a buscar a su mujer Eurídice;
también Heracles, en el último de sus doce trabajos, descendió al infierno para
capturar a Cerbero, al tiempo que rescató a su amigo Teseo; Odiseo fue otro de
los héroes que bajó para consultar al alma del
adivino Tiresias; más tarde iría al infierno Eneas para entrevistarse con su
difunto padre Anquises sobre el advenimiento de la historia romana; y
siglos después se cuenta que el poeta Dante atravesó el tenebroso reino subterráneo
guiado por Virgilio. Pertenece a la primera generación de dioses olímpicos.
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